m'agrada...
... escriure algunes de les coses que imagino, que sento,
que veig, que oloro, que penso, que toco,
que m'atrauen, que em fan somniar,...
m'agrada compartir algunes de les coses que llegeixo...

diumenge, 27 de setembre del 2009

toco tu boca ...


Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí, para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender, coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.

Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca, y e
ntonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos, el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.

Julio Cortázar ( Argentina, 1914- 1984 ) _ Fragment de Rayuela

fotos google

dimecres, 23 de setembre del 2009

tardor...




aix...
deu ser la tardor que m'ha envaït de melangia...
i tinc el cor encongit...

corren aires freds que em glacen la sang...
i resto en silenci...
sense paraules...

dimecres, 16 de setembre del 2009

íntima soledat

Avui em sento sola...
sento la soledat que m'abraça i em commou.
Em convida a abraçar-la i sentir-la.



M'hi encamino perquè sé que és el meu destí...
inexorable...
ineludible...
inabastable també...

Hi vaig sola...
i tanmateix...
m'agradaria tant sentir-me acompanyada...

Sentir-me acompanyada...
en aquest camí feixuc

camí...
feixuc...
on les certeses clamen al cel
i on,
les veritats profundes no tenen lloc on amagar-se...

Sé, malgrat tot, que és en aquesta soledat on em reconec a mi mateixa
i on sóc jo,
més que mai,
més que amb ningú...

I tanmateix,...
m'agradaria tant sentir-me acompanyada...

Pintura: Luis de la Fuente

divendres, 4 de setembre del 2009

"Somos mucho más libres de lo que nos exige la sociedad"


Avui a La Contra de La Vanguardia hi ha una entrevista a Antonio Galindo que explica de manera clara i sense embuts idees i realitats que passen darrerament pel meu cap i (potser) també pel meu cor...

És llarg... i interessant... sobretot si teniu dubtes existencials (o no) sobre el model de relació entre les persones que impera en la nostra cultura i societat.

A mi em resol dubtes, em genera noves preguntes, em fa somriure en alguns moments (perquè em sento propera a algunes de les seves propostes) i en d’altres em confirma que el moviment genera vida i la vida és creativa si som capaços de tenir els ulls ben oberts, les orelles ben netes i les creences... a ratlla!


Ficció?


Realitat?


Ja em direu...


Antonio Galindo


Tengo 43 años. Nací en Ronda (Málaga), y vivo entre Madrid y Barcelona. Licenciado en Psicología y Pedagogía. Dirijo la empresa Asesores Emocionales. Estoy divorciado y no tengo hijos.

Creo profundamente en la libertad del ser humano y que todos somos uno.


¿El sexo es puro movimiento?

Sí, es presente permanente, está vivo, pero la mente todo lo quiere cuadricular.

Aboga por el descontrol.

Eso es el sexo, pese a que nuestra cultura pretenda estabilizar, asegurar, establecer, determinar, formalizar.

Entonces tenemos un problema.

... El de creer que una relación estupenda es la que no tiene cambios, cuando
la vida es movimiento, cambio y transformación.

¿Qué marca esa transformación?

Las necesidades propias. El sexo es una dimensión que hemos tenido que encajar, porque somos mucho más libres de lo que nos exige nuestra sociedad. Si estoy en pareja y siento que me gustan otras personas...

¿Qué hago?

No se trata de hacer todo lo que tus sentidos te pidan, sino de
conectar con tu corazón y saber que, cuando se abre, no se gobierna. Si estás casado y se cruza en tu vida otra persona que te fascina, tenemos un problema.

Efectivamente.

Se trata de reconocer, que no es padecer. Darte cuenta de que esa dimensión de movimiento está viva dentro de ti y que te lleva a una continua renovación de la relación; o eso o represión. Cuando las parejas son cotos privados de caza no existe versatilidad.

¿Hay que dejarse llevar?

Sí. Eso que sientes irá
enriqueciendo la relación, habrá creatividad y expansión, actualidad permanente, no habrá aburrimiento y, por tanto, habrá comunicación, conexión.

Tiene su lado negativo.

Lo tiene tal como entendemos la relación, que uno se enamore de otro se vive como un drama, como una traición.

Dele la vuelta al drama.

¡Qué bien que haya una
energía nueva en nuestra relación!

¡Vete, vete con esa otra o con ese otro y luego me lo cuentas!

Lo primero es apertura y escucha. Cuando en una pareja aparece una nueva energía, los dos están llamados a ver qué pueden hacer, y hay millones de opciones. Una de ellas es involucrar al tercero, hacer un trío.

¿?

Lo que yo quiero que entienda es que estamos hablando de sentimientos aprisionados en una estructura muy formal que tiene que ver con un concepto de familia cerrada en el que cualquier intento de sacar la cabeza fuera se vive como traición, y así no hay manera de activar la creatividad.

¿Y la represión nos lleva a las disfunciones sexuales?

Sí. La impotencia, la mal llamada frigidez…, todo ese tipo de problemas son un código, están ahí para avisarnos de algo, a lo mejor resulta que quieres hacer cosas diferentes con tu pareja y no se lo has pedido. Tememos la pérdida de control.

¿Qué propone?

Creer que el cónyuge tiene que darme todo lo que necesito es mentira. Si miramos el histórico de una pareja que dura, probablemente veremos periodos en los que algún miembro ha tenido una relación fuera. Y eso no es malo, es enriquecedor si el otro lo permite y la
fuerza del amor está vigente.

Pide mucho.

En un momento dado separar lo sexual de lo afectivo es una fuente de aprendizaje enorme, pero topamos con una gran creencia: que si comparto el cuerpo con alguien que no es mi pareja es un atentado, y no es cierto. Lo que habría que analizar es por qué causa tanto drama y estupor en la pareja.

¿Por qué?

Las relaciones están basadas en la propiedad privada. En el fondo es un tema de
posesividad; lo que nos motiva es el control, y eso no es movimiento.

¿Cómo transformar una relación cerrada en una abierta?

Primero, el
reconocimiento de la propia necesidad, lo que se suele negar. Hay que conectar con uno mismo con honestidad. El egoísmo viste mal, pero es la fuente del mantenimiento de una relación. ¿Cómo voy a darte si no me doy, si no estoy lleno de mí?

Estábamos con las creencias.

Peligrosísimas. Tenemos un esquema básico de sexualidad: sexo en familia, heterosexual y parejocéntrico. Salirse de eso se vive con incriminación, descrédito y vergüenza. En el interno de las parejas hay millones de alternativas y el sufrimiento viene de la diferencia entre lo que uno quiere vivir y ese modelo básico subyacente.

Todos tenemos un ideal.

El código de la vida se expresa en función de la
conexión, resonancia y fluidez, dejar que las cosas sucedan. Intentar que alguien encaje en mi ideal es forzar. El problema es que la frustración es muy rentable.

Siempre queremos más.

La clave mágica que tiene nuestra cultura para promover el consumo es establecer un ideal altísimo que cause frustración: siempre habrá un reto mayor. ¿Qué tal si te cargas el ideal, si te aúnas con el código de la
fluidez, de la conexión, de la resonancia; si investigamos estos otros lugares? A la economía de mercado le encanta cebar ideales.

¿No hay nada que buscar?

No. Observa el encuentro, porque, si no, estamos todo el rato golpeados por un ideal que tiene que llegar. Conecta con lo que hay, con tus encuentros actuales. Trabaja las creencias, que es lo que nos hace sufrir porque nos marca un ideal elevado que contrasta con la realidad.
Si cambio la creencia, cambia la emoción y la realidad.


Fluir

En Las mentiras del sexo (Kairós), este pedagogo autor también de Kit básico de supervivencia emocional nos cuenta que las relaciones se basan en la conexión: "Cuando dos personas conectan, hay resonancia, una especie de atracción inexplicable e inevitable, y lo único que debemos hacer es fluir. Pero el código en el que nos movemos socialmente nos invita a forzar, agarrar, establecer, poseer". De esta forma perdemos la frescura, aparecen las disfunciones sexuales, la inapetencia, la frustración y el juicio a los que viven su sexualidad de forma diferente. Galindo nos invita a experimentar y sentir desde nosotros mismos, "porque vivir la sexualidad y vivir la vida... es lo mismo".


La Contra

IMA SANCHÍS - 04/09/2009


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